
Niños, niñas y adultos se lanzaron a la pista al ritmo del DJ Felipe, que puso a bailar con una mezcla irresistible de éxitos de ayer y hoy. La magia no terminó ahí: los disfraces de los más pequeños se robaron el espectáculo, llenando de ternura un día que quedará grabado en el corazón de la comunidad.